PROPÓSITO

Ser, hacer, ¿y ahora qué hago doctora? Es una de las interrogantes más frecuentes de las personas que se acercan a mi, no sólo por las diferentes redes sociales o en la oficina sino en la calle, en un restaurante, la playa, en algún ente público, en el automercado, el colegio  de alguno de mis hijos, en el veterinario de alguno de mis perros y pare de contar. Es como si una corriente invisible les dijera que no solo puedo ayudarlos aplicando la herramienta adecuada sino que 24 x 24 horas tengo la máxima disposición de hacerlo siempre con una premisa fundamental que se permitan fluir y que se dejen socorrer o auxiliar; lo que llamamos los abogados animus o componente subjetivo del ser humano, dicha palabra se derivó del griego avenoc (anemos) que puede traducirse como viento o soplo, de allí pasó al latín animus, ánimo, intención, voluntad; sin esto, nada se puede lograr.

En mi libro pueden ver los diferentes aromas, especies y vueltas intempestivas que a veces nos presenta la vida cuando de casos, resolución, respuestas y alternativas se trata. Llegaremos siempre a la misma conclusión por mucho camino recorrido, lo que nos ocurre lo atraemos, el entorno se acerca como una especie de imán cuyo magnetismo atrae solo aquello cuyo resultado nace en nuestros pensamientos, eso es excelente noticia porque depende solo y únicamente de nosotros la elección, seamos selectivos y tomemos control de nuestras decisiones finales.

Llevar a la acción la justicia, posible mediación y solución de los casos humanos que tienen que ver con la familia, bienes, estados de salud, emociones tiene su ciencia no es jamás el resultado de lo aleatorio o imprevisto; existen pasos y planes que poner en práctica; creo en las soluciones, en los milagros y en la posibilidad de cambio a favor.

Reconozco esto y lo acepto como misión de vida, la cual visualizo (a esta última) como un área de clases en la que a veces somos alumnos y en otras oportunidades maestros, visitando una estación en este arduo y largo caminar de nuestra alma, esta aula no permanece estática, sino viaja como un tren o ferrocarril en el que a veces si no te montas sencillamente te quedas y no avanzas, es decir, llegarás más tarde a la estación o parada siguiente. “Nos vemos en el camino”.

Dra. Candy Herrera.